El papel de los electrolitos en la hidratación corporal adecuada
Estamos en pleno verano y las altas temperaturas exigen un mayor consumo de líquidos y agua para hidratar adecuadamente el organismo.
El agua ha sido asociada a la existencia de vida ya que ocupa el 60% de la composición del organismo. Las funciones vitales del cuerpo como mantener una temperatura constante, transportar nutrientes, digerir los alimentos, eliminar toxinas del cuerpo se llevan a cabo en gran medida por la existencia de agua. Por este motivo, es importante consumir diariamente una cantidad suficiente de agua, que son aproximadamente 8 vasos o 2 litros de agua. Esta cantidad cambia según la temporada, el sexo y la actividad física.
Otro factor que contribuye significativamente a la hidratación ideal del organismo son los electrolitos. Los electrolitos son compuestos químicos y pertenecen a una clase de metales que conducen la electricidad cuando se disuelven en agua. Se encuentran en cualquier lugar donde haya agua, en el líquido intracelular y extracelular, en la sangre y en otros fluidos corporales. Mantener su equilibrio es importante, ya que son los elementos que regulan los niveles de líquidos del cuerpo.
Los principales electrolitos son: sodio, potasio, calcio, fósforo, cloro, magnesio.
Sodio: Es el componente principal del líquido extracelular y es clave para el movimiento de líquidos dentro y fuera de la célula. Se encuentra en los líquidos pancreáticos, las lágrimas, la bilis y el sudor. Ayuda a eliminar el CO2, regula la presión arterial y transporta la señal electroquímica para la contracción muscular y la función nerviosa.
Potasio: Es el componente principal del líquido intracelular y es esencial para la contracción de las fibras musculares lisas. La diferencia en la concentración de potasio y sodio a través de la membrana celular regula la presión arterial. Desempeña un papel importante en funciones cerebrales como el aprendizaje y la buena memoria.
Calcio: Es un elemento esencial de la estructura celular y necesario para la coagulación sanguínea, la función hormonal, la contracción muscular, activa la producción de enzimas y la transmisión nerviosa.
Fósforo: Se encuentra en el tejido muscular y se almacena en los huesos. Transporta nutrientes al interior de la célula y al mismo tiempo contribuye a su desintoxicación eliminando materiales de desecho. También contribuye a la síntesis de proteínas, carbohidratos y grasas. Además de la salud esquelética, fortalece la función del cerebro, los riñones y el corazón.
Cloro: Se encuentra en el líquido extracelular y, a menudo, interactúa con el sodio. Es un electrolito clave en la regulación de la presión osmótica y es el componente clave en la creación de ácido clorhídrico en el estómago.
Magnesio : Se encuentra en los huesos y el tejido muscular y es necesario para la producción de enzimas. Regula el nivel de azúcar en sangre, mejora los dolores menstruales, el estado de ánimo y contribuye a un sueño reparador.
Cuando nuestro cuerpo ingiere menos líquido o agua de lo que necesita, o excreta más de lo que ingiere, se produce deshidratación, una condición que altera los electrolitos y la función ácido-base de todo el cuerpo. Se considera necesaria la reposición de electrolitos en tabletas o en polvo, cuando hay aumento de la sudoración, aumento de la temperatura en el ambiente natural, en casos de diarrea y gastritis. Además de regular los fluidos corporales, el equilibrio electrolítico es importante para el transporte de energía y las necesidades diarias de músculos y nervios.
sistémico.
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